Cubiertas para terrazas en Hotel shopping Barcelona

Visitar Barcelona es algo que todo el mundo debe hacer al menos una vez en su vida. Y quien ya lo haya hecho seguro que quiere repetir. Las razones por las que la Ciudad Condal se ha convertido en una de las ciudades con mayor número de turistas en un año son muy numerosas y nos costaría mucho enumerarlas todas, ya que hay personas que la visitan por su arte, otras por su arquitectura, por su cultura etc.

Pero hay otro grupo cada vez más numeroso que tiene una clara intención cuando decide viajar a Barcelona: las compras. Al tratarse de una de las ciudades más grandes de España, comprar en sus innumerables tiendas es toda una atracción turística en sí misma. Por ello, cada vez son más los hoteles que hacen grandes ofertas para personas que vayan a Barcelona a hacer shopping. Y después de las compras, nada mejor como tomar algo cómodamente en la terraza del hotel acondicionada con cubiertas para terrazas para que puedas disfrutar en cualquier época del año

La mejor combinación entre la pasión por las tiendas y el descanso

Cada vez son más las personas adictas a las compras y a las tiendas que deciden darse un paseo por las calles de esta hermosa ciudad en busca de nuevos artículos que comprar. Precisamente para ellos están pensados algunos hoteles que ofrecen algunas ofertas a los turistas que lleguen a la ciudad en busca de grandes compras.

Lo primero que tenemos que hacer es tener claro, o al menos tener una idea aproximada de la zona o las zonas a las que queremos ir de compras. Esto es una cuestión muy importante ya que nuestro hotel debe estar cerca de nuestra zona de shopping para facilitarnos nuestra larga y agotadora jornada de tiendas por Barcelona.

Como son muchas las zonas a las que podemos ir de shopping, podemos decantarnos por algunas de las más importantes de la Ciudad Condal como son el famoso paseo de Gracia, el barrio del Born o las archiconocidas Ramblas. En todas estas zonas podremos encontrar grandes hoteles cercanos a las zonas de shopping donde poder llevar todas nuestras compras y tomarnos un descanso cada vez que nos apetezca en las terrazas acondicionadas con cubiertas de terraza.


LA MODA DE CORRER POR CORRER

Con la moda que hay hoy en día de practicar running como ahora se le llama a correr, la gente que lo practica va muy bien uniformada para la práctica del running, llevan ropas que permitan una transpiración óptima y unas zapatillas deportivas específicas para correr con la mayor comodidad que sea posible, ya que nos es lo mismo correr con unas zapatillas deportivas que no sean específicas para correr.

 

Incluso ahora tienen cordones elasticos running para una mejor sujección de las zapatillas deportivas, cualquier cosa que salga al mercado destinado para las personas que practican el running tiene una muy buena acogida, ya sea unos cordones especiales o una cinta para el pelo que brille en la oscuridad.

 

La seguridad de las personas que practican el running está un poco en entredicho ya que corren por donde les da la gana sin tener en cuenta a la gente que hay a su alrededor, a veces vas por la acera de al lado de la playa que no es que sea lo que se dice ancha, es más bien bastante estrecha, y como no te apartes o los dejes pasar arrasan contigo sin ninguna clase de pudor. Después están los que corren directamente por la carretera poniendose en peligro no solo a ellos mismos si no también a los conductores que tienen que esquivarlos con el peligro que conlleva.

 

Hay otros por ejemplo que si corren por donde deberían, en lugares apartados de los coches y acondicionados para que puedan correr con la mayor tranquilidad y comodidad que sea posible, el problema de estos sitios es que están muy masificados y la gente prefiere correr un poco más en solitario, los ayuntamientos deberían tener en cuenta las necesidades de sus habitantes y acondicionar más espacios para que la gente que practica este deporte pueda realizarlo con la seguridad asegurada.
Personalmente lo de correr por correr sigo sin verlo, si por lo menos corriesen detrás de un balón o de algo parecido me parecería más normal, hay deportes en los que hay que correr pero con un sentido concreto, eso sí lo veo más lógico.


El cuentakilómetros trucado

A la hora de comprar un coche de ocasión toda precaución es poca. Como muestra sirva este caso real que supuso un sinfín de problemas para el comprador.

Le costó decidir el coche que quería a pesar de tener un presupuesto no demasiado alto. Primero miró coches nuevos de tipo utilitario y luego echó una ojeada a las berlinas de segunda mano de alta gama. Siempre le habían gustado los coches grandes y señoriales, pero no tenía suficiente dinero para comprar uno nuevo, así que olvidó el utilitario y empezó a centrarse en el mercado de ocasión.

Encontró un coche de segunda mano que le interesó pero lo vendía un particular y no le acabó de convencer. Tenía algún amigo que había tenido malas experiencias con sus coches usados y prefirió acudir a una empresa especializada. Entonces encontró lo que buscaba. Un concesionario cercano que vendía coches de segunda mano tenía un Audi A6 gris metalizado por un precio bastante atractivo.

Entraba dentro de sus gustos: Mercedes, BMW, Audi… Buscaba una buena marca que le diese seguridad. En la empresa le pusieron bastantes facilidades, probó el coche y todo parecía ir bien. No se lo pensó más y adquirió el coche de segunda mano. Pero a las pocas semanas se dio cuenta que algo no marchaba bien.

El motor empezó a hacer un ruido extraño y parecía que le costaba acelerar, se ‘ahogaba’, como se dice coloquialmente. Lo llevó al taller de un conocido y este le dio la mala noticia: el motor tenía mucho más de los 100.000 que marcaba el cuentakilómetros. Hizo un análisis más a fondo y llegó a la conclusión de que debía tener 400.000 y que, por supuesto, habían trucado el cuentakilómetros.

Cuando fue a la empresa que le habían vendido el coche, la amabilidad se tornó en apatía y empezaron a echar balones fuera. Era un timo en toda regla, pero a nivel legal el camino podía ser largo y tortuoso. Podían pasar varios meses hasta que le dieran la razón, y mientras tanto no podía estar sin coche. Tras varias amenazas llegó a un acuerdo para cambiar el motor, pero llegó a la conclusión de que el próximo coche sería un utilitario… nuevo.