QUE NO DESAPAREZCAN LOS PUEBLOS

Tengo una pareja de amigos que se han comprado una casa en ruinas en un pueblecito de orense, pero rehabilitar una casa no es tan sencillo como parece en un principio, no es llamar a reformas orense y ya está, hay que hacer la reforma poco a poco en una obra de esa magnitud, para reformar una casa entera o tienes todo el dinero que cuesta desde el principio o tienes que ir haciédolo por fases, primero haces una parte para por lo menos poder vivir en ella mientras quieras ir reformándola. El principal problema que tienen mis amigos es que no viven cerca de la casa que se han comprado y para que haya progresos tienen que ir siempre de que dispongan de unos días para poder trabajar en la casa, ellos ya dan por hecho que les va a llevar unos cuantos años terminarla, pero si ya lo dan por hecho es cosa suya, que avisen cuando esté terminada.

 

Cada vez más gente se está comprando casas que estaban en ruinas para poder reformarlas, lo cual es más barato que hacerse una casa nueva, y así al mismo tiempo ayudan a que los pueblos no se conviertan en pueblos fantasma, los pocos habitantes de los pueblos dan la bienvenida a los nuevos vecinos con los brazos abiertos, les alegra de verdad que vuelvan otra vez los niños a correr por sus calles como hacía tanto tiempo que no sucedía, solamente con que haya un poco más de vida en el pueblo los habitantes aunque solo sea durante las vacaciones de verano se sienten más felices y menos olvidados que durante el resto del año, porque en verano los pueblos se llenan de parientes que viven en otras partes de españa o del extranjero, pero cuando llega septiembre los pueblos se vuelven a quedar desiertos. Por eso veo muy bien que la gente se compre casas en pueblos aunque no sean los suyos, aunque con el tiempo se convertirán en los suyos.

 

Más gente joven se debería aventurar a tener casas en los pueblos para que estos no desaparezcan.


Aptitudes para el cuidado de enfermos con Alzheimer  

Muchas personas no tienen tiempo para cuidar a sus familiares con enfermedades de tipo degenerativo como pueda ser el Alzheimer. El trabajo es una de las causas principales de esta falta de tiempo, pero también los (otros) deberes familiares como el cuidado de niños pequeños. Compaginar todo es difícil y, a veces, directamente imposible. Por todo ello, algunas personas con familiares enfermos de Alzheimer optan por contratar a cuidadores profesionales.

Por mi experiencia en diversos Centros de día para mayores en centro Madrid, debo decir que cada vez se nota más una mejora en la profesionalidad de los cuidadores. Los centros de día son una excelente opción para todas las personas que necesitan ayuda para cuidar de familiares enfermos. Si además necesitamos ayuda extra en nuestro propio domicilio, suelen surgir algunas dudas sobre las aptitudes que deben tener los cuidadores.

Uno de los aspectos que, curiosamente, despierta ciertos reparos es la necesidad económica, por llamarlo de algún modo. Los cuidadores cobran y eso parece que “no queda bien”. Algunas personas tienden a creer que como los cuidadores profesionales exigen una contrapartida económica por realizar su labor y no lo hacen de forma altruista no van hacer su labor con tanta dedicación. No debemos caer en esta paradoja. El cuidador es un profesional y, como tal, cobra por ello, aunque deba tener también unas innatas condiciones altruistas para enfrentarse al cuidado de enfermos con Alzheimer.

La experiencia es otro factor importante. Es lógico que prefiramos a cuidadores que ya hayan desarrollado esta labor en otras ocasiones. Así mismo, la formación específica también ayuda. Cada vez son más los cuidadores que aportan una formación concreta en tratamiento con personas  con trastornos degenerativos. El hecho de contar con una preparación teórica ayuda también a desarrollar la labor de cuidado de enfermos con mayor solvencia.

En algunos Centros de día para mayores en centro Madrid podemos encontrar información y recomendación sobre cuidadores profesionales. Si tenemos dudas, siempre es mejor acudir a un entorno en el que se muevan profesionales del sector. Si al final optamos por contratar a un cuidador profesional, las referencias son también decisivas.