Ataúlfo y su casa rural

Cuando mi amigo Ataúlfo nos comentó que iba a abrir una casa rural nos pareció la cosa más normal del mundo. De hecho, pensamos en cómo no lo había hecho antes. Y es que Ataúlfo es un ser puramente rural. Le conocimos en la universidad y ya nos llamó la atención por su fuerte acento. “Soy de pueblo y no lo pienso ocultar”. Aunque hoy en día mostrar abiertamente tus raíces está más que bien visto, incluso fomentando, hace unos años todavía existía un poco de pudor con esto.

Aunque Ataúlfo tiene un extraordinario conocimiento geográfico de la zona donde va abrir su casa rural, le falta un poco de aptitud empresarial, por decirlo así, o eso creíamos nosotros… Por ello, fuimos varios amigos los que nos quisimos implicar, en la medida de lo posible, para ayudarle con la apertura del negocio. Yo me adjudiqué la decoración porque soy muy aficionado.

Cuando me acerqué a la casa, me quedé gratamente sorprendido. Era una casa de dos plantas de piedra, antigua, pero que ya había sido reformada recientemente. Me dijo que él mismo había participado en la reforma. En principio, tenía pensado habilitar cinco habitaciones, tres para parejas y dos para grupos.

Aunque el espacio era magnífico le faltaban detalles. Había que darle un toque distintivo propio. Necesitaba mobiliario típico pero de buena calidad, las ventanas habían sido renovadas y se habían puesto estor noche y dia además de persianas nuevas, lo que me pareció un gran acierto y los suelos habían sido sustituidos por unos que simulaban madera, cálidos, confortables y no demasiado caros.

Una vez visto lo que necesitaba, Ataúlfo y yo nos fuimos a una tienda que vendían mobiliario antiguo modernizado y les expusimos el proyecto. Nos dijeron que si queríamos muebles de calidad, el precio no era barato… A Ataúlfo, no obstante, le pareció asumible y empezamos a mirar opciones.

La verdad es que me sorprendió lo decidido que estaba con todos los pormenores de su negocio. Comprobé que no necesitaba tanta ayuda como creíamos en un principio. Esas habitaciones, con su mobiliario vintage-autóctono, sus estor noche y dia y sus deliciosas vistas van a quedar estupendas. Espero que nos haga un buen precio cuando abra… Seguro que sí.


Cordones elásticos, la solución para las zapatillas de los peques

Si a tu peque le gustan las zapatillas deportivas como las de los mayores, es decir, con cordones, pero estás cansado de tener que atarlas cada pocos minutos y de tener que estar siempre pendiente de que no se le desaten y acabe teniendo un accidente, lo que necesitas son cordones elásticos.

Estos cordones pueden ser de muchos tipos, pero los que se venden para las zapatillas de los niños son unas gomas independientes para cada par de ojales. Tienen la forma del cordón, pero son muy elásticas y tienen una especie de presilla en cada uno de los bordes. Se introducen con cuidado en los ojales y la presilla impide que se vuelvan a salir.

Aparentemente, las zapatillas son de cordones normales y corrientes, aunque no tendrán el nudo y el lazo. Pero en realidad, lo que tienen son varias gomas que las unen. Al ser elásticas, si el niño quiere descalzarse solo tendrá que tirar suavemente de la zapatilla y quitarla y lo mismo al ponerla, lo que hace que le resulte muy fácil calzarse y descalzarse el solo.

Este tipo de gomas se han vuelto muy populares en el último año porque además de hacerlas en blanco y en negro también las fabrican en colores. Hay juegos muy divertidos con una goma de cada color, que dan mucha alegría a cualquier par de zapatillas infantiles. Las gomas son de diferentes anchos ya que las separaciones entre los ojales no son las mismas en la parte superior, por ejemplo, que en el centro.

Muchas madres que han comprado este tipo de cordones elásticos para las zapatillas de sus hijos han acabado enamorándose de ellos, sobre todo en sus versiones más clásicas en blanco o negro. No solo para las zapatillas de deporte, sino más bien para otro tipo de calzado, como las botas estilo militar que no tienen una caña muy alta, ya que pueden ponerlas y quitarlas sin tener que aflojar todo el cordón.

Para los hombres, por el tamaño del calzado y de los pies, no suelen ser adecuadas, pero siempre pueden optar por los cordones elásticos para zapatillas deportivas como los que se usan en triatlón, una especialidad en la que hay que calzarse con gran rapidez para no perder tiempo y que para eso, hacen uso de cordones especiales de gran elasticidad que no necesitan ser atados ni ajustados.