Tipos de leche para el consumo

A la hora de comprar leche nos encontramos con la presencia de diferentes tipos de leche, centrándonos siempre en la procedente de la vaca y la que presentan nuevos términos hasta ahora desconocidos: la leche BIO, la leche ecológica y la leche de las vacas felices. Solo la leche ecológica se considera entre los lácteos con certificado ecológico europeo.

La leche ecológica debe cumplir varios requisitos para poder optar a esa certificación europea. Las vacas deben vivir en libertad en campos sin herbicidas, sin medicación, que coman pasto natural no pienso… Esto no se diferencia en nada de una leche BIO, el problema es que algunas marcas que no cuentan con el certificado utilizan ese nombre para no usar el de ecológico, el aceptado por la Unión Europea.

Por último, la leche de las vacas felices es aquella que proviene de vacas que viven en mejores condiciones. Algunas marcas aseguran que venden leche de vacas felices al indicar las condiciones en las que viven. En varios estudios se ha demostrado como esta leche tiene un sabor mejor que otras no consideradas así.

Son formas diferentes de darle nombre a leche que respeta la vida animal, utilizados de forma comercial para llamar la atención del comprador.


Biobancos: concepto e importancia

Un biobanco es un organización sin ánimo de lucro que se encarga de almacenar materiales biológicos. También se encargan de recogerlos para asegurar su correcta cadena de custodia y de distribuirlos cuando estos materiales son necesarios, por ejemplo, para una investigación médica. Los biobancos deben de estar autorizados y tienen que cumplir con toda una serie de normas y de códigos éticos muy estrictos. Normalmente, no se guían tan solo por la Ley, sino por recomendaciones de Europa al respecto.

Esta seriedad, junto al gran respeto hacia la intimidad de los donantes, hacen que muchas personas se animen a donar material biológico. Un ejemplo importante son los enfermos de cáncer que pueden donar células y tejidos que, a su vez, son distribuidos para poder llevar a cabo investigaciones que ayuden a conocer mejor la enfermedad o a elaborar curas. Los investigadores no van a conocer jamás la identidad del donante.

Es posible donar material biológico de muchas formas. En algunos caso se puede hacer tras la muerte del donante, pero es muy frecuente hacerlo en vida donando los restos de alguna operación, como un tumor extirpado, o permitiendo que se recojan muestras de tejidos en personas que cumplan requisitos concretos.

Sin el trabajo de los biobancos no sería posible realizar muchas investigaciones y estudios que están en marcha. No solo proporcionan las muestras, sino que en caso de que no las tengan se encargan de establecer colaboraciones con otros biobancos a fin de poder localizarlas donde estén disponibles, facilitando de esta manera que los investigadores puedan tener un mejor y más fácil acceso al material que necesitan para su labor.

Existen muchos tipos de biobancos, algunos son generales y recogen todo tipo de materiales genéticos, por lo habitual es que estén especializados en un tipo determinado o en una enfermedad en concreto. Por ejemplo, los bancos de cerebros para investigaciones relacionadas con enfermedades neurodegenerativas, como Parkinson y Alzheimer y que recogen los cerebros donados por los enfermos tras su fallecimiento.

También existen biobancos para recoger material directamente relacionado con enfermedades como el cáncer, contra la que se lucha de forma muy activa tanto por parte de los centros de investigación públicos, como los privados y los que reciben capital de ambos lados. Existen, así mismo, biobancos dedicados a estudiar determinados grupos humanos, como por ejemplo razas o etnias o que estudian la evolución de una enfermedad desde un punto de vista antropológico más que médico.