UNOS DIENTES PARA SIEMPRE

Desde siempre me han dicho que tengo una dentadura muy buena, y los dentistas a los que he ido a lo largo de mi vida así me lo han corroborado. Pero por desgracia no en toda mi familia tenemos la misma calidad dental y lo digo porque tengo unos primos que no se han llevado la mejor parte en lo que a los dientes se refiere. Ya que desde niños han tenido muchos problemas con sus dientes. Le hubiera sido mejor a su padre haber contratado en su momento adeslas seguro dental familiar y así de ese modo se hubiese ahorrado un buen dinero que se tuvo que gastar para que mis primos tuviesen una dentadura más o menos decente. Hoy en día mis primos ya son adultos y sus problemas dentales casi han desaparecido pero eso es porque casi no les quedan dientes propios y los dientes que tienen son casi todos postizos. Al contrario, yo tengo todos mis dientes naturales e incluso todavía me queda un diente de leche, ya que solamente tengo un colmillo pero es algo que no me influye para nada en mi día a día, es más me da un toque único que los demás no tienen.

Espero llegar a viejo con mis dientes todavía intactos, porque la calidad de vida no es la misma cuando tienes tu verdadera dentadura y no una dentadura postiza que no se ajusta tan bien como tus propios dientes y estoy seguro de que comer con una dentadura postiza no es nada cómodo porque se tiene que mover algo siempre que masticas. Yo todavía recuerdo las dentaduras postizas de mis abuelos y abuelas y siempre estaban jugando con las dentaduras moviéndolas dentro de la boca. Aunque hoy creo que las dentaduras postizas han mejorado bastante, personalmente prefiero llegar a viejo con mis dientes.

Mis amigos tampoco es que se libren de problemas dentales ya que muchos de ellos tienen que ir periódicamente todos los meses a sus sesiones con el dentista o bien porque se están arreglando los dientes o bien porque se han tenido que poner aparato para poder llevarlos a su sitio correspondiente.


3 formas de sacar rendimiento a un display en tu tienda

Cualquier comercio puede contar con displays personalizados para propaganda que puede colocar en su establecimiento. En las empresas que se ocupan de la impresion de displays para publicidad también ayudan a crear un diseño que encaje en los gustos del cliente y en la imagen de su tienda. 

Estos displays suelen colocarse en la puerta del establecimiento o en la zona del mostrador, de forma que el cliente los pueda ver cuando va a pagar o cuando espera su turno para abonar la compra. Son muchos los usos que pueden tener, pero aquí te ofrecemos algunas sugerencias para obtener todo el rendimiento que pueden darte.

Úsalo para que tus clientes conozcan tus ofertas más importantes. Es uno de los usos más habituales de un display, colocar los folletos con las ofertas para el día o para la semana. Así, los clientes que pasan por el establecimiento pueden llevarse el folleto y estar al tanto de cualquier promoción. Algunos comercios colocan en los displays sus catálogos para la temporada, de manera que el cliente pueda estar al tanto de todo y ver con calma lo que se ofrece, incluso si no lo ha visto en la tienda o no estaba disponible en aquel momento.

Informa a tus clientes sobre las ventajas que ofreces en tus servicios. Si acabas de añadir a la lista de tus servicios el envío a domicilio, si has creado una tarjeta de puntos para tu tienda o si ofreces descuentos especiales para colectivos determinados, todo eso puedes darlo a conocer a través de tu display con folletos en los que informas de todo esto. Así, los clientes habituales estarán al día de todo lo que pueden disfrutar en tu tienda y también puedes ofrecer de manera personalizada este tipo de folletos a aquellas personas a las que están dirigidas las ofertas y que pueden beneficiarse de ellas.

Dales a conocer a tus clientes tus productos estrella. En el display de tu tienda, las marcas más importantes o las que quieras promocionar en un momento determinado, pueden poner información sobre sus productos, especialmente aquellos que resultan novedad o que son menos conocidos por el público. Así, cuando el cliente se acerque a pagar, puede coger un folleto y llevárselo para conocer ese artículo más a fondo o puedes ofrecérselo contándole algunas cosas sobre el nuevo artículo que se ha puesto a la venta en tu tienda.