Visitar las Rías Baixas en barco

Si estás pensando en visitar las Rías Baixas, una de las mejores maneras de disfrutar de esta región es en barco. Las Rías Baixas son una serie de estuarios y bahías situados en la costa noroeste de España, y son conocidos por sus aguas cristalinas, hermosos paisajes y la gran variedad de vida marina. A continuación, te damos algunas recomendaciones para conseguir ir en barco por las Rías Baixas.

  • Busca empresas de turismo náutico: Una de las mejores formas de encontrar un barco que te lleve a través de las Rías Baixas es buscar empresas de turismo náutico. Estas empresas ofrecen tours en barco de diferentes duraciones y rutas, y suelen incluir paradas en diferentes pueblos y playas de la región. Algunas empresas incluso ofrecen actividades adicionales, como pesca o buceo.
  • Alquila un barco: Si prefieres algo más independiente, también puedes optar por alquilar un barco por tu cuenta. Existen empresas de alquiler de barcos en la zona, que te permitirán navegar por las Rías Baixas a tu propio ritmo y sin restricciones de horarios.
  • Pregunta en los puertos: Si estás en un pueblo costero de las Rías Baixas, como Vigo o Pontevedra, también puedes acercarte al puerto y preguntar por barcos que ofrezcan paseos por la zona. Muchos barcos locales ofrecen tours a turistas y a precios más económicos que las empresas de turismo náutico.
  • Aprovecha la temporada alta: Durante la temporada alta de verano, es más fácil encontrar barcos que te lleven a través de las Rías Baixas. Muchas empresas de turismo náutico ofrecen tours diarios durante esta época, y también hay una mayor oferta de barcos para alquilar.

En conclusión, ir en barco por las Rías Baixas es una de las mejores formas de disfrutar de la belleza natural de esta región. Ya sea que optes por una empresa de turismo náutico, alquiles un barco por tu cuenta o preguntes en los puertos, asegúrate de tomar todas las medidas de seguridad necesarias y disfrutar al máximo de esta experiencia única.


Ruta playera 

Dicen que nunca es tarde, y hay que hacer caso a la sabiduría popular, sobre todo cuando vas cumpliendo años y lo de ‘tarde’ empieza a cobrar otro sentido. Siempre he sido aficionado al surf, pero la suerte quiso que naciera muy al interior con la playa más cercana a muchos kilómetros. Pero desde pequeño mostré interés por este deporte y la cultura asociada. Empecé porque los Beach Boys fueron mi primer grupo preferido de música y ellos me introdujeron en lo relacionado con el surf.

Pero no había manera de coger olas en el río de mi pueblo, así que me contenté con empezar con el snowboard en las montañas. No es que se me diese muy bien, pero me quité el ansia por el surf. Con el tiempo y las obligaciones, me fui desenganchando y lo dejé para más adelante. Un ‘más adelante’ que significaron muchos años. Hasta que con la crisis de la mediana edad volví a pensar en aquella afición de juventud.

Y sin pensármelo dos veces me apunté el pasado verano a una escuela para aprender. Como ya había hecho snowboard y tiene cierto parecido no fue tan difícil iniciarme y pronto le cogí el gusto a pesar de su enorme exigencia física. Y así fue como no tardé en diseñar una ruta playera para poner en práctica lo aprendido y, de paso, volver al norte, donde están las mejores olas. Varios amigos me han dado algunas indicaciones. Uno me dice descubre las playas de Cies que te encantará y otro me recomienda Pantín.

Por supuesto, no tengo tiempo suficiente para ir a todas, por eso he tenido que ir descartando algunas de mi viaje. No pretendo que todas tengan buenas olas. De hecho, en el caso de las Cíes quizás hasta vaya sin tabla, pero es uno de los destinos que aún no conozco del norte y tengo muchas ganas de conocer. Si mi amigo dice descubre las playas de Cíes es que tengo que ir porque me conoce y ya sabe el estilo de playa que me gusta. Pero la costa gallega está plagada de buenas olas, así que no tendré problemas para ponerme el neopreno.