Parece que por fin nos estamos concienciando de la importancia que tiene comer bien y tomar alimentos que sean lo más naturales posibles. Los procesados que estamos consumiendo en exceso son los principales causantes de problemas tan serios como la obesidad, la diabetes infantil y en adultos y también los problemas circulatorios.
En algunos casos, se trata también de ejercer un consumo más responsable con ventajas para todas las partes implicadas. Algo muy fácil de ver en el ejemplo de la leche biologica. Algunos ganaderos han comenzado a apostar por granjas que puedan obtener el certificado de leche biológica. Para ello han invertido dinero en unas instalaciones de calidad para los animales, en pastos espaciosos y con hierba autóctona no procedente de transgénicos y con unas garantías de bienestar animal. Las vacas salen ganando en este tipo de granjas ya que producen leche de una forma natural y son bien cuidadas.
Lo que sucede es que producen menos leche que en otras granjas porque no sufren la sobreexplotación y su alimentación no está basada en piensos que hacen que tenga más leche, sino en métodos tradicionales. Menos leche, pero de una calidad mucho mayor, con unos valores nutricionales mucho mejores y que, además, sabe a leche de verdad, de la de toda la vida. Y esto es una gran ventaja para el consumidor, que va a conseguir un producto de gran calidad y con todas las garantías ya que las etiquetas de BIO y de bienestar animal garantizan que se trata de auténticos productos naturales producidos de una forma tradicional.
En cuanto al productor, se le garantizan unas ventas en un mercado que si bien es muy exigente, también está dispuesto a pagar un precio justo por lo que compra. De esta forma, se garantiza una ganancia por su trabajo que, en muchos casos, no se consigue en las granjas convencionales debido a que el precio que se llega a pagar por la leche es excesivamente bajo, llegando incluso a no cubrir los costes de producción.
Seguramente, en el futuro más gente será consciente de que pagar el litro de leche a los precios que se pagan en grandes áreas por sus marcas blancas no solo no es justo para los productores, sino que lógicamente no vamos a poder esperar un producto de calidad ni un buen trato a los animales, por lo que cada vez más consumidores optarán por no adquirirlos.