Nací en un pequeño pueblo del norte y aunque ya no vivo allí sigo muy vinculada por la familia y los amigos que dejé y siempre que puedo paso unos días en el pueblo. Y la verdad es que las cosas han cambiado mucho en los últimos tiempos. La comarca en torno al pueblo se puso de moda hace unos años gracias a sus playas y al turismo rural y actualmente trata de ser un referente en turismo sostenible.
Uno de las estrategias que se está utilizando es promocionar la industria y la gastronomía local: a menudo pequeñas empresas que tratan de salir a flote compitiendo con enemigos mucho más poderosos, mucho de ellos con ramificaciones internacionales. Pero el consumidor empieza a querer saber de dónde vienen los productos que consume, sobre todo si hablamos de comida… porque lo demás viene de China, ¿no?
¿No consumiría una persona del pueblo Leche semidesnatada Ecológica certificada si supiera que a pocos kilómetros hay una explotación ganadera que la produce? Eso es lo que intentan hacer en la comarca donde yo nací… y en muchos otros sitios del mundo. Se trata de volver la vista hacia lo local intentando dar visibilidad a la industria y al comercio cercano.
Muchos de los turistas que llegan ahora a la comarca se encuentran con diversas acciones promocionales que tratan de reivindicar los productos de la zona, como la propia leche, el marisco o la carne. La gastronomía del norte de España es popular en toda Europa, pero ahora es cuando realmente se está poniendo el énfasis en la sostenibilidad de este tejido económico que es fundamental para el mantenimiento de la comarca, para evitar su despoblación tal y como sucede en muchos rincones de España. El acto de comprar y beber Leche semidesnatada Ecológica certificada local es muy relevante porque se apoya un negocio cercano que repercute en el progreso de la comunidad.
Por mi parte, siempre que me vuelvo a casa del pueblo me llevo un montón de comida (no solo de la que hace mi madre) sino de la que compro en las tiendas, y siempre intentando que sean productos de la zona.