LOS RECUERDOS FUNCIONAN CUANDO QUIEREN

Cuando el otro día fui a un supermercado entré en uno de sus pasillos y me encontré con la sección de las mantequillas y me sorprendió que todavía sigan fabricando mantequilla en barra como la que tomaba en casa de mis tíos en el desayuno y la merienda cuando yo era un niño pequeño. Además aquella mantequilla estaba realmente buena porque llevaba sal y en aquella época no era fácil encontrar una mantequilla con sal, si no recuerdo mal aquella mantequilla creo que era holandesa.

 

Recuerdo que después de pasar todo el día en la playa o andando en bici, en casa de mis tíos siempre se preparaban una merienda para los adultos de la que me dejaban participar y fue ahí donde descubrí la aquella mantequilla con sal que estaba tan rica, además hacían unas tostadas con los restos del pan de la comida que estaban muy buenas.

Hasta el otro día que vi la mantequilla en el supermercado y todos esos recuerdos afloraron en mi mente como si hubiese sucedido ayer mismo. Los recuerdos de la juventud los tienes guardados hasta que algo hace que los recuerdes de golpe otra vez. Pero es curioso los recuerdos que se tienen, porque he querido recordar algunos momentos de mi niñez y me es demasiado difícil sin un detonante que me refresque la memoria, y después hay otros recuerdos menos importantes que recuerdas siempre sin ningún problema. Y a medida que pase el tiempo va a ser mucho más difícil recordar lo que hicimos cuando éramos jóvenes, ya me cuesta a veces recordar lo que he comido ayer como para recordar lo que hice hace cincuenta años. Aunque supongo que eso cada vez va a ser más normal, ya que y no es que sea demasiado joven y aunque haga ejercicios para mejorar la memoria el envejecimiento no hay quién lo detenga.

 

Espero que cuando llegue a anciano todavía tenga la mente lúcida para poder recordar un montón de cosas de las que ahora mismo no me puedo acordar, porque la gente anciana que conozco no es que recuerden demasiado.


Cocinar con nata, la salsa de muchos platos

Tal vez te hay parecido raro encontrar nata de montar para cocinar. Lo cierto es que no se trata de nata para montar, sino de una nata con menos grasa que se usa no para montarla, sino para añadirla a las salsas y darles una mejor textura.

Podemos ver a continuación algunas recetas muy sencillas en las que se usa esta nata para cocinar y que resultan muy sabrosas. Su nivel de dificultad es tan bajo que cualquier persona puede hacerlo, aunque no tenga experiencia en los fogones.

Para empezar, vamos a hablar de la pasta con salsa de nata. En muchos casos vemos que se le llama salsa carbonara pero lo cierto es que la auténtica carbonara italiana tiene muy poco que ver con lo que en muchas casas españolas se hace por tal. Para empezar, la carbonara de verdad no lleva nata en su composición y, a partir de ahí, cualquier otro parecido con la realidad es pura coincidencia.

Los espaguetis con nata se hacen de una manera muy sencilla. Se cuece la pasta con agua abundante y un poco de sal hasta que esté al dente. En una sartén a parte se echa un poco de aceite o de mantequilla, unas rodajas de tocino que se pueden cambiar por jamón york si se quiere una versión más dulce de la receta o incluso por jamón serrano en tacos. Cuando el jamón está casi listo se añade la nata y se revuelve bien dejando que se vaya haciendo y coja la textura adecuada. Puedes añadirle en este momento una pizca de pimienta.

Escurre la pasta, añade la salsa y una cantidad generosa de queso rallado. Gratina unos segundos en el microondas y listo para servir. Un plato rico, muy rápido de hacer y que gusta tanto a los niños como a los mayores.

Otro plato también sabroso y fácil son las pechugas de pollo a la salsa de nata. En este caso, en una sartén rehogamos un poco de cebolla. Añadimos unos champiñones laminados y cuando ya están listos vertemos nata sobre todo ello y salpimentamos. Dejamos que vaya espesando a fuego lento y mientras preparamos en la sartén unos filetes de pechuga de pollo a la plancha salpimentados.

Hecho el pollo, lo ponemos en el plato y le ponemos la salsa por encima. Estará para chuparse los dedos y no nos habrá llevado nada prepararlo.