¿Cuáles son las islas más bellas de Galicia?

Más de 300 islas e islotes dan forma al litoral gallego, de indiscutible atractivo para el visitante nacional e internacional. Sin embargo, no todos estos paraísos de arena blanca tienen interés. Santa Catalina, por ejemplo, es un islote de escasos 100 metros de largo y 80 de ancho sin otro reclamo que su fauna y su vegetación. 

 

Para el público turista, decidir entre visitar las islas cies o ons es un dilema, por la biodiversidad, historia y valor patrimonial de estos destinos. En primer lugar, el archipiélago de Ons se integra dentro del Parque Nacional Illas Atlánticas y posee numerosas rutas de senderismo que transitan entre acantilados, calas y playas. En particular, destacan los arenales de Melide, Figueiras, As Dornas, Canexol y Pereiró, que además de los alicientes habituales de cualquier playa, ofrece panorámicas únicas que sorprenden a propios y extraños.

 

Nada que envidiarle tienen las islas Cíes, archipiélago de la ría de Vigo compuesto por Monteagudo, do Faro y San Martín, tres islas declaradas ‘Parque Natural’ en los años ochenta y que constituyen un reclamo irresistible para los amantes de la naturaleza. En sus 4,46 kilómetros cuadrados de superficies cuenta con numerosas playas y calas, siendo la de Rodas la más famosa.

 

Además de estas islas célebres, Galicia dispone de otros destinos isleños que sin duda merecen la pena. Una clara demostración es Da Toxa o La Toja, situada en la provincia de Pontevedra, que antes del siglo XX había acogido la actividad pastora de los pobladores de la vecina O Grove. En la actualidad, acoge el Gran Hotel balneario y otros lugares destacados.

 

La de Cortegada es otra de las islas más notables del territorio gallego. Más allá de sus iglesias, cruceiros y playas, este destino ocupa un lugar destacado en la geografía europea por albergar el mayor bosque de laureles del continente.


3 ambientes en los que encajan las cortinas de lamas

Las cortinas de lamas son aquellas formadas por tiras individuales que están unidas entre sí por cuerdas. Pueden ser lamas horizontales, como en el caso de las cortinas venecianas, o pueden ser lamas verticales, que son las más habituales y las que nos hemos acostumbrado a ver en muchos lugares. Veamos en qué ambientes encajan estos estilos de cortina.

Las oficinas. Las oficinas y edificios públicos cuentan en muchas ocasiones con cortinas de lamas elaboradas con materiales plásticos. Esto es así porque resultan muy fáciles de lavar y porque regulan muy bien la luz del sol. Cuando están totalmente cerradas pueden evitar que entre luz, pero también ofrecen mucha privacidad, por lo que son frecuentes en despachos acristalados, para que no se pueda ver el interior cuando hay una reunión. Este tipo de cortinas pueden personalizarse por lo que es común que tengan logos de la empresa.

Los salones con grandes ventanales. Los salones con ventanales hasta el suelo son un lugar fantástico para colocar unas cortinas de lamas verticales de tela. Resultan muy elegantes y son mucho más manejables que las cortinas tradicionales. Permiten graduar muy inteligentemente la intensidad de la luz, mantener privacidad y además, al ser de tela, son exactamente igual de decorativas que las cortinas de siempre. Pueden recogerse hacia los lados como las cortinas de siempre. Una variedad de estas cortinas de lamas son los paneles japoneses, que nos recuerdan ligeramente a cortinas de lamas, pero mucho más anchas. No obstante, estos paneles tienen la ventaja de que se mueven individualmente, por lo que dan muchísimo juego en este tipo de ambientes.

Los dormitorios. Para dormitorios o despachos en casa elegimos cortinas de lamas horizontales. Muy similares a lo que puede ser una persiana veneciana pero elaboradas en tela, lo que hace que sean mucho más atractivas y cálidas. Pueden llevar en el interior algún material para hacerlas más rígidas, algo que también funciona en las grandes cortinas de lamas verticales de tela. Son muy prácticas especialmente si las ventanas son pequeñas, ya que visten, no ocupan mucho espacio y, además, le dan un toque muy coqueto a la habitación o muy práctico según el tipo de tela escogido. Incluso las encontramos con motivos infantiles muy divertidos para que los niños también disfruten de este tipo de cortinas en sus dormitorios, adaptándose a sus gustos.