Las tortillas congeladas son una excelente solución para muchas familias. Las tienes en tu congelador y las sacas cuando no sabes qué hacer para cenar o cuando se presenta gente de forma inesperada y quieres preparar un picoteo rápido para quedar estupendamente, pero sin encerrarte en la cocina y disfrutando con todo el mundo.
Pero ¿es una alternativa la tortilla congelada para hosteleria? Pues la respuesta va a depender del tipo de negocio que se regente, pero en muchos casos, sí va a ser una alternativa, incluso la mejor alternativa para el negocio.
Evidentemente, no va a ser factible servir tortilla congelada en un restaurante en el que se hagan comidas o un mesón en el que se preparen cenas. Se supone que en este tipo de establecimientos un plato tan básico como la tortilla tiene que ser casera. Al igual que prácticamente todo lo demás de la carta. Si se quiere contar con una clientela fija y buenas críticas, ese es el camino a seguir.
Pero si lo que tienes es una cafetería o bar en el que quieres obsequiar a tus clientes con un pincho con la bebida a determinadas horas, la tortilla congelada es una gran opción. Sobre todo, porque este tipo de negocios no cuentan con cocina, pero sí pueden disponer de un microondas para calentar las tortillas y servir el pincho. Se puede contar así con algo caliente, rico y que suele tener una muy buena calidad.
Del mismo modo, en este tipo de establecimientos la tortilla congelada puede ser la solución para ofrecer bocadillos calientes a tus clientes sin tener cocina. Además de los típicos que se pueden servir con fiambres o jamón, se puede añadir la tortilla y dar algo caliente para la merienda o para el desayuno. Una forma de aumentar las ventas sin que el trabajo sea mucho mayor. Y con un producto que es muy demandado y que tiene una gran clientela.
Estas tortillas congeladas son también perfectas en otros establecimientos como por ejemplo hamburgueserías, en las que todo se realiza en la plancha. Se puede dar así una opción a mayores para clientes que quieren bocadillos de tortilla, pero sin tener que instalar una cocina de gas y aumentar el trabajo de cocina con la fritura de las patatas y la elaboración de las tortillas caseras. Como no es el producto estrella, sino un extra en la carta es perfectamente válido recurrir a esta opción.