El acné es un problema que afecta generalmente a los adolescentes. Puede proseguir durante la edad adulta, pero en muchos casos desaparece al llegar a cierta edad. Sin embargo, para muchas personas que han sufrido acné durante su juventud, el problema de verdad viene después, ya adultos, cuando tienen que enfrentarse a las cicatrices que este ha dejado por su rostro.
Las cicatrices son habituales cuando ha habido un acné fuerte, con granos que se han infectado. Contrariamente a lo que suele decirse, no son consecuencia de apretarse los granos sin más, sino de que estos se infecten y acaben causando este tipo de problemas. Y la infección puede darse por manipularlos con las manos sucias, es cierto, pero también sin necesidad de que se toquen.
El acné deja diferentes tipos de cicatrices. Cuando las heridas de los granos no curan bien, aparecen los típicos hoyos en la piel, que pueden ser pequeños pero que son un problema cuando hay muchos juntos. En otras ocasiones, la piel se abulta y se pone rugosa, son las llamadas cicatrices hipertróficas que ya se notan bastante más y que pueden ser un verdadero problema estético. Cuando estas cicatrices abarcan una gran área y la piel tiene un tono más rojizo o incluso amoratado, hablamos de queloides, que son las marcas más complicadas de tratar.
Por suerte, hoy existen tratamientos cara en Vigo para borrar o al menos mitigar este tipo de marcas. El tratamiento más solicitado para este fin es el láser, pero tiene que ser el dermatólogo el que analice la piel de cada persona y recomiende qué es lo que tiene que hacer en su caso. A veces, combinar diferentes tipos de tratamiento, por ejemplo láser y determinadas cremas, es lo más adecuado para conseguir los mejores efectos y evitar los daños secundarios.
El diagnóstico de un dermatólogo es fundamental ya que el láser, que en algunos centros estéticos se vende como la panacea que todo lo cura, en realidad puede tener efectos secundarios. Esto es especialmente así cuando la piel es muy delicada y sensible. Tal vez, las cicatrices se aminoren, pero pueden producirse, por ejemplo, arañas vasculares. Estas también causan un problema estético, por lo que hay que valorar muy bien qué vamos a hacer para evitar que en lugar de solucionar un problema, se cause otro mayor.