Las empresas call center barcelona pueden ser contratadas con muchos fines. Uno de los más habituales es el de gestionar los teléfonos de atención al cliente de algunas compañías. Pero si se estudian el tipo de trabajos que llevan a cabo se puede ver que todavía un porcentaje alto se corresponde con campañas de publicidad por teléfono.
La publicidad telefónica tiene muy mala fama y no es sin motivo. Teleoperadores insistentes que llaman a horas intempestivas y que pese a que se les dice no estar interesados en lo que ofrecen vuelven a llamar una y otra vez. En ocasiones, esto ni siquiera es culpa de los teleoperadores, sino de las empresas que se encargan de ellos ya que pasan las bases de datos a varios trabajadores sin estar comunicadas entre sí, por cual, aunque uno marque como que un cliente no está interesado, el resto desconocerán incluso que se le ha llamado, por lo que se pueden recibir cuatro, cinco, seis y hasta diez llamadas de la misma empresa.
Por eso, es importante confiar en empresas de call center capaces de organizar campañas telefónicas personalizadas y de calidad. No se trata de llamar al mayor número posible de personas, sino de que las personas a las que se llama puedan estar realmente interesadas en el producto que se ofrece. ¿Cómo se consigue esto? Pues, para empezar, trabajando con bases de datos adecuadas. Por ejemplo, si se quieren vender viajes, la base de datos puede estar formada por clientes que han dicho de alguna forma (Web, correo, formulario físico…) estar interesados en hacer un viaje y en recibir información.
Una vez que se tiene una base de datos lo más fiable posible hay que fijar un buen horario para realizar las llamadas evitando las horas del día en las que puede resultar más molesto recibirlas. Por ejemplo, no comenzar nunca a llamar antes de las diez de la mañana y dejar de hacerlo a las siete de la tarde. Esto recorta mucho el horario de trabajo, sobre todo si se hace una pausa a las horas de la comida, pero se evitará que los clientes se sientan molestos. Cuando un posible cliente responde a la llamada enfadado, lo normal es que no quiera el servicio sin importar lo bueno que este sea.
Por último, es mucho más efectivo si se puede llamar al cliente por su nombre y se le da un trato personalizado. Un teleoperador amable, que no hable de forma atropellada y que le ofrezca confianza al interlocutor harán el resto.