Ser previsor y reservar parking en Cadiz es la mejor manera de aparcar cuando se va de viaje a la ciudad ya que puedes elegir la zona en la que quieres dejar tu coche y también puedes comparar precios. Seguramente, te sorprenda lo que puedes ahorrar entre unos y otros parkings. Además, en algunos casos podrás conocer la opinión de otros usuarios respecto a las plazas.
Recurrir al parking del hotel es una opción cómoda en el sentido de que no hay que buscar absolutamente nada y que, además, tenemos el coche a mano para todo lo que necesitamos. Pero en general, es una opción muy cara. Los hoteles saben que es una opción cómoda y que muchos viajeros no van a mirar nada más y se aprovechan con precios que son del todo excesivos.
Antes de decidirte por la comodidad de este tipo de parkings, compara los precios. La excepción está en hoteles que ofrecen parking gratis a sus clientes, pero cada vez son menos los que lo hacen y en algunos casos no garantizan la existencia de plazas. Incluso hay que preguntar qué tipo de parking es ya que en ciertos casos son plazas en una zona en la parte trasera del hotel, sin vigilancia y en el exterior, lo que hace que no sean demasiado seguras y no merezca la pena el dinero que uno se ahorra. Por no hablar de que puedes llegar y encontrarte con que todo está ocupado y no tienes en dónde dejar tu vehículo.
Aparcar en la calle es, seguramente, la peor de las ideas. En cualquier ciudad que no se conoce es arriesgado pretender aparcar en la calle. Para empezar, no sabemos cuántas zonas están restringidas ya sea como área azul de pago o como zona de residentes verde. Pero además, en cada ciudad puede haber un sistema diferente para poder aparcar en cada una de estas zonas, con lo que es necesario conocer la normativa.
Pero incluso cuando encontramos un lugar para aparcar en una calle que no aparece marcada con ningún tipo de restricción, no sabemos si es una calle segura, si suele haber problemas por las noches o si es un barrio en el que son frecuentes los robos. Con lo cual, podemos encontrar nuestro coche con una ventanilla rota al ir a buscarlo unos días después o, lo que es peor, no encontrarlo.