Breve historia de las caravanas Sterckeman

Junto a Dethleffs, Hymer y Burstner, Sterckeman figura entre las marcas más demandadas del sector de la caravana. El uso de tecnología exclusiva, los equipamientos de vanguardia y una ajustada relación calidad-precio justifican el éxito de la caravana sterckeman 470 segunda mano y de otros modelos pertenecientes al fabricante galo.

 

Con más de setenta años de historia, Sterckeman es un referente en el mundo de las caravanas. Sus primeras unidades nacieron en un pequeño garaje de la localidad francesa de Seclin. Fue el joven Alexandre Sterckeman quien comenzó a desarrollar este tipo de vehículos recreativos en 1945, momento en que constituían toda una novedad.

 

Dos décadas después, y con el único apoyo financiero de amigos y familiares, Sterckeman se coronó como el principal proveedor de caravanas de Francia, con cifras de producción que superaban las cuatro mil unidades al año. A mediados de los años sesenta, tras algunos reveses económicos, la empresa acabó en manos de Bertrand Faure, que la vendió a su vez al grupo Trigano, del que forma parte en la actualidad.

 

La denominación de este grupo empresarial denota unos orígenes alejados del sector de las caravanas y de cualquier vehículo rodante. En efecto, Trigano comenzó su andadura con la venta de textiles y otros materiales similares. Para fines de siglo, este grupo —sin duda gracias al impulso logrado por la adquisición de Sterckeman y otras inversiones relacionadas, como Caravelair o Mancelle— logró liderar el mercado de los vehículos creativos.

En la actualidad, las caravanas de Sterckeman se comercializan en una treintena de puntos de venta, repartidos en catorce países. Las técnicas de fabricación, así como los materiales y tecnologías utilizadas, han evolucionado drásticamente desde que Alexandre Sterckeman diseñara las primeras unidades que llevaban su apellido, pero el espíritu permanece intacto, para deleite de los millones de consumidores que apuestan por esta marca para vivir el caravaning.