Cocinar con nata, la salsa de muchos platos

Tal vez te hay parecido raro encontrar nata de montar para cocinar. Lo cierto es que no se trata de nata para montar, sino de una nata con menos grasa que se usa no para montarla, sino para añadirla a las salsas y darles una mejor textura.

Podemos ver a continuación algunas recetas muy sencillas en las que se usa esta nata para cocinar y que resultan muy sabrosas. Su nivel de dificultad es tan bajo que cualquier persona puede hacerlo, aunque no tenga experiencia en los fogones.

Para empezar, vamos a hablar de la pasta con salsa de nata. En muchos casos vemos que se le llama salsa carbonara pero lo cierto es que la auténtica carbonara italiana tiene muy poco que ver con lo que en muchas casas españolas se hace por tal. Para empezar, la carbonara de verdad no lleva nata en su composición y, a partir de ahí, cualquier otro parecido con la realidad es pura coincidencia.

Los espaguetis con nata se hacen de una manera muy sencilla. Se cuece la pasta con agua abundante y un poco de sal hasta que esté al dente. En una sartén a parte se echa un poco de aceite o de mantequilla, unas rodajas de tocino que se pueden cambiar por jamón york si se quiere una versión más dulce de la receta o incluso por jamón serrano en tacos. Cuando el jamón está casi listo se añade la nata y se revuelve bien dejando que se vaya haciendo y coja la textura adecuada. Puedes añadirle en este momento una pizca de pimienta.

Escurre la pasta, añade la salsa y una cantidad generosa de queso rallado. Gratina unos segundos en el microondas y listo para servir. Un plato rico, muy rápido de hacer y que gusta tanto a los niños como a los mayores.

Otro plato también sabroso y fácil son las pechugas de pollo a la salsa de nata. En este caso, en una sartén rehogamos un poco de cebolla. Añadimos unos champiñones laminados y cuando ya están listos vertemos nata sobre todo ello y salpimentamos. Dejamos que vaya espesando a fuego lento y mientras preparamos en la sartén unos filetes de pechuga de pollo a la plancha salpimentados.

Hecho el pollo, lo ponemos en el plato y le ponemos la salsa por encima. Estará para chuparse los dedos y no nos habrá llevado nada prepararlo.


Por qué nos encanta la leche asturiana

La leche de asturias tiene una calidad y un sabor que la han hecho famosa en toda España. Y son varios los secretos que la han convertido en la bebida favorita de los desayunos de todos los niños y también de los que ya no son niños.

En el sabor de la leche influyen muchos factores. Uno, básico para que la leche sepa a leche, es la alimentación. Y en Asturias hay pastos de sobra para que las vacas puedan comer hierba fresca. Si clima permite que los campos estén verdes todo el año y, por tanto, no falta alimento natural para las vacas.

Otro factor importante es la cantidad de leche que una vaca pueda producir. Y esto está directamente relacionado con los tratamientos que se den al animal para que aumente la cantidad de litros. Pero, evidentemente, estos litros serán más pobres nutricionalmente hablando que cuando solo da los que por naturaleza le corresponden.

También influye el cuidado de los animales, el que no estén estresados y tengan una vida tranquila y con el ritmo que naturalmente les corresponde en todos los sentidos. Y todo esto es algo que conocen muy bien en Asturias, donde las vacas son animales que han convivido con el hombre durante muchas generaciones. Evidentemente, las conocen a fondo y saber cómo tratarlas para que den la mejor leche.

Si a todo esto se le unen explotaciones modernas y actuales, la mejor leche estará en la mesa de todos los que elijan la leche de asturias en sus carros de la compra. Y en esta región, las cooperativas de ganaderos funcionan muy bien y cuentan con los mejores medios, por lo que la leche siempre es tratada tal y como merece.

Es fácil comprobar todo esto ya que muchas de las granjas lecheras asturianas realizan jornadas de puertas abiertas, sobre todo para estudiantes, para que vean cómo viven sus animales y en qué condiciones se encuentran. Y también visitas a sus fábricas de envasado para que puedan saber cómo llega la leche desde la vaca hasta la botella que tienen en sus neveras.

Convencerse de que es el mejor sabor también es sencillo. Solo hay que tomar un vaso de leche de Asturias para ver qué saber solo a lo que tiene que saber, a auténtica leche de calidad que se disfruta con cada sorbo y que aporta proteínas y calcio.


Promocionar la comarca 

Nací en un pequeño pueblo del norte y aunque ya no vivo allí sigo muy vinculada por la familia y los amigos que dejé y siempre que puedo paso unos días en el pueblo. Y la verdad es que las cosas han cambiado mucho en los últimos tiempos. La comarca en torno al pueblo se puso de moda hace unos años gracias a sus playas y al turismo rural y actualmente trata de ser un referente en turismo sostenible.

Uno de las estrategias que se está utilizando es promocionar la industria y la gastronomía local: a menudo pequeñas empresas que tratan de salir a flote compitiendo con enemigos mucho más poderosos, mucho de ellos con ramificaciones internacionales. Pero el consumidor empieza a querer saber de dónde vienen los productos que consume, sobre todo si hablamos de comida… porque lo demás viene de China, ¿no?

¿No consumiría una persona del pueblo Leche semidesnatada Ecológica certificada si supiera que a pocos kilómetros hay una explotación ganadera que la produce? Eso es lo que intentan hacer en la comarca donde yo nací… y en muchos otros sitios del mundo. Se trata de volver la vista hacia lo local intentando dar visibilidad a la industria y al comercio cercano.

Muchos de los turistas que llegan ahora a la comarca se encuentran con diversas acciones promocionales que tratan de reivindicar los productos de la zona, como la propia leche, el marisco o la carne. La gastronomía del norte de España es popular en toda Europa, pero ahora es cuando realmente se está poniendo el énfasis en la sostenibilidad de este tejido económico que es fundamental para el mantenimiento de la comarca, para evitar su despoblación tal y como sucede en muchos rincones de España. El acto de comprar y beber Leche semidesnatada Ecológica certificada local es muy relevante porque se apoya un negocio cercano que repercute en el progreso de la comunidad. 

Por mi parte, siempre que me vuelvo a casa del pueblo me llevo un montón de comida (no solo de la que hace mi madre) sino de la que compro en las tiendas, y siempre intentando que sean productos de la zona.


Ayuda para adelgazar 

Llevo un año a dieta. Me he puesto súper serio con el tema porque llevaba casi cinco años intentando perder peso y sin demasiado éxito. Siempre me han sobrado unos kilos, a veces más, a veces menos. Hubo un tiempo siendo adolescente que la cosa se complicó y mi familia me puso en alerta. Al cumplir 18 me mentalicé y perdí unos 20 kilos en un año. Fue un momento decisivo en vida con respecto a la alimentación.

Por aquella época ya empecé a mirar mucho lo que comía. Mi médico de cabecera me ayudó dándome unas tablas con lo que debía comer y un cálculo de calorías en diversos alimentos. Todavía lo tengo por ahí todo arrugado del uso que le di. Supe las calorias leche semidesnatada o de un trozo de pan. Entendí que cada comida cuenta y que solo con una estricta rutina se pueden lograr los objetivos.

Resulta curioso porque no recuerdo que me resultase muy complicado perder aquellos 20 kilos. Bien es cierto que ya han pasado muchos años y tal vez lo haya idealizado pero tengo la sensación de que las tres primeras semanas fueron claves. Recuerdo estar sentado en el salón de mi casa y tomar la decisión de adelgazar. Siguiendo parte de los consejos del médico (no todo porque era demasiado) llegué a casa y cambié radicalmente la dieta. Una vez que sabes las calorías leche semidesnatada y del resto de los alimentos y estás al corriente del número de calorías que una persona debe consumir al día, dependiendo de la edad, el sexo y la constitución física, todo es más sencillo.

Pero lo mejor de todo es la sensación de subir a la báscula y comprobar que los esfuerzos tienen su recompensa. Mi médico me citaba una tarde todas las semanas: me pesaba y anotaba la cifra para hacer un seguimiento. Tengo que decir que se sintió orgulloso de mí porque cumplí lo que prometí a pesar de que era tan solo un chaval que además estaba acostumbrado a comer mal. Creo que sin su ayuda no hubiera podido hacerlo pero al poco tiempo ya tomé yo las riendas y no necesité su tutela.


¿Sabe diferente la leche sin lactosa?

¿Has comprado la que todo el mundo considera la mejor leche sin lactosa para probarla y has notado que sabe diferente a la leche “normal”? Si es así tal vez hayas pensado que pueda ser manía tuya o un problema de la marca pero si lo que has percibido es un dulzor característico, no es un problema tuyo sino una característica de esta leche.

La leche sin lactosa se consigue añadiendo a la leche lactasa, la enzima digestiva que se encarga de descomponer este azúcar de la leche en otros azúcares más fáciles de digerir. Pero este proceso supone una pequeña alteración en el sabor de la leche. Es cierto que no todas las marcas saben igual, ya que mientras que algunas tienen un regusto que incluso es desagradable por lo excesivamente dulzón, la leche de calidad solo tiene una ligera variación en el sabor. Muy pequeña pero perceptible para quienes vienen de tomar leche con lactosa.

Por eso, no se trata de no tomar leche o tener que resignarse, sino buscar una marca que ofrezca un producto de calidad, con un proceso bien realizado que no solo garantice que la leche no tiene lactosa, o tiene una cantidad irrelevante, sino que además respete el sabor original de la leche tanto como sea posible. La variación en el sabor debe de ser la mínima posible.

Si eres intolerante solo tendrás que acostumbrarte a este pequeño matiz. Es muy fácil, una vez que tome la leche unos días ya ni siquiera te darás cuenta de la diferencia, siempre que hablemos de leche de buena calidad. Si no eres intolerante, entonces no tienes motivos para tomar la leche sin lactosa ya que esta no tiene menos calorías ni es más digestiva para quién produce de manera natural lactasa. 

Hay un porcentaje pequeño de intolerantes a la lactosa que no pueden tomar la leche sin lactosa ya que su intolerancia es tan alta que lo residuos que pueden quedar en la leche son suficientes para hacerles daño. En estos casos hay que recurrir a las bebidas vegetales para poder sustituir a la leche acompañando al café o sola. Pero siempre siendo conscientes de que no es leche, sino un producto totalmente diferente, con un gusto distinto y que tiene también unos valores nutricionales propios que dependen del tipo de producto del que deriven, no siendo lo mismo una bebida de arroz que una de avena o de almendras.


Alimentos más sanos y naturales

Parece que por fin nos estamos concienciando de la importancia que tiene comer bien y tomar alimentos que sean lo más naturales posibles. Los procesados que estamos consumiendo en exceso son los principales causantes de problemas tan serios como la obesidad, la diabetes infantil y en adultos y también los problemas circulatorios.

En algunos casos, se trata también de ejercer un consumo más responsable con ventajas para todas las partes implicadas. Algo muy fácil de ver en el ejemplo de la leche biologica. Algunos ganaderos han comenzado a apostar por granjas que puedan obtener el certificado de leche biológica. Para ello han invertido dinero en unas instalaciones de calidad para los animales, en pastos espaciosos y con hierba autóctona no procedente de transgénicos y con unas garantías de bienestar animal. Las vacas salen ganando en este tipo de granjas ya que producen leche de una forma natural y son bien cuidadas.

Lo que sucede es que producen menos leche que en otras granjas porque no sufren la sobreexplotación y su alimentación no está basada en piensos que hacen que tenga más leche, sino en métodos tradicionales. Menos leche, pero de una calidad mucho mayor, con unos valores nutricionales mucho mejores y que, además, sabe a leche de verdad, de la de toda la vida. Y esto es una gran ventaja para el consumidor, que va a conseguir un producto de gran calidad y con todas las garantías ya que las etiquetas de BIO y de bienestar animal garantizan que se trata de auténticos productos naturales producidos de una forma tradicional.

En cuanto al productor, se le garantizan unas ventas en un mercado que si bien es muy exigente, también está dispuesto a pagar un precio justo por lo que compra. De esta forma, se garantiza una ganancia por su trabajo que, en muchos casos, no se consigue en las granjas convencionales debido a que el precio que se llega a pagar por la leche es excesivamente bajo, llegando incluso a no cubrir los costes de producción.

Seguramente, en el futuro más gente será consciente de que pagar el litro de leche a los precios que se pagan en grandes áreas por sus marcas blancas no solo no es justo para los productores, sino que lógicamente no vamos a poder esperar un producto de calidad ni un buen trato a los animales, por lo que cada vez más consumidores optarán por no adquirirlos.


Los batidos son para el verano

La mayoría de la gente que conozco tiene un montón de aficiones: les gustan las películas, los conciertos, las series, el fútbol, etc. A mí también me gustan cosas pero a casi ninguna de ellas la podría catalogar de hobby. No me quitan el sueño ni me paso la vida encontrando tiempo para disfrutarlas. Tal vez soy un poco rara, pero siempre ha sido mi carácter.

Pero también es verdad que, a veces, me gustaría sentir esa pasión que tiene la gente por esto o lo otro. A mi marido se le ilumina la cara cuando llega el domingo por la mañana ya que es la hora de la “grupeta”, de salir a pedalear con sus amigos. No sé si fue algo forzado o no, pero desde hace un tiempo yo me he vuelto una ‘cocinillas’, un poco como reacción para buscar una afición.

Debo decir que nunca me gustó mucho meterme en la cocina, pero desde que tenemos un hijo he tenido que ponerme manos a la obra con el tema. Estamos muy concienciados y queremos que tenga una alimentación sana, y eso solo se consigue sabiendo cocinar medianamente bien.

Pero, ya que he aprendido a cocinar para el niño, también estoy aprendiendo unos cuantos truquillos para los mayores. Una de mis recetas estrella, que mi marido devora precisamente cuando vuelve de su ‘tour’, es mi batido de plátano y chocolate. Usando productos naturales, incluyendo un poco de leche desnatada en polvo además de galletas y un toque de helado, hago un batido que es una verdadera delicia.

Tanto a mi marido como a mí nos va mucho lo dulce, aunque nos solemos moderar bastante, sobre todo ahora que no queremos que el niño tome mal ejemplo. Pero cuando llega el verano y apetece algo dulce, frío y sabroso, mi batido es el no va más.

Esta afición por la cocina me ha venido muy bien, porque es una afición práctica que me sirve, no solo para pasar un rato divertido, sino para aprender. Por ejemplo, he aprendido los usos de la leche desnatada en polvo que hasta ahora solo veía impresa en los ingredientes de algunos productos.


Tipos de leche para el consumo

A la hora de comprar leche nos encontramos con la presencia de diferentes tipos de leche, centrándonos siempre en la procedente de la vaca y la que presentan nuevos términos hasta ahora desconocidos: la leche BIO, la leche ecológica y la leche de las vacas felices. Solo la leche ecológica se considera entre los lácteos con certificado ecológico europeo.

La leche ecológica debe cumplir varios requisitos para poder optar a esa certificación europea. Las vacas deben vivir en libertad en campos sin herbicidas, sin medicación, que coman pasto natural no pienso… Esto no se diferencia en nada de una leche BIO, el problema es que algunas marcas que no cuentan con el certificado utilizan ese nombre para no usar el de ecológico, el aceptado por la Unión Europea.

Por último, la leche de las vacas felices es aquella que proviene de vacas que viven en mejores condiciones. Algunas marcas aseguran que venden leche de vacas felices al indicar las condiciones en las que viven. En varios estudios se ha demostrado como esta leche tiene un sabor mejor que otras no consideradas así.

Son formas diferentes de darle nombre a leche que respeta la vida animal, utilizados de forma comercial para llamar la atención del comprador.


ADICCIONES DE JUVENTUD

Cuando era un niño tenía una verdadera obsesión con las estampillas de fútbol, me gastaba todo el dinero del que disponía en comprarme todos los sobres de estampillas que pudiese. Y había muchas veces que me gastaba el dinero que no tenía, y le dejaba a mi madre pufos en el quiosco por culpa de mi adicción a las estampillas. De esta forma, coleccionando y cambiando las estampillas con mis amigos del colegio, me aprendía a todos los jugadores de la primera división de la liga. En aquella época no había internet como existe hoy en día y no podías acceder a la información de los equipos con tanta facilidad como ahora. Lo mejor que tenían las estampillas era el olor, tanto el álbum como las estampillas tenían un olor especial que conseguía atraparte, por lo menos a mí. Para conseguir terminar las colecciones de las estampillas, lo más normal y sencillo era hacerse socio del club panini, donde podías pedir las estampillas que te faltaban y ellos te las mandaban a casa por medio del correo ordinario. Hoy en día el único club al que pertenezco es al club central lechera asturiana, lo que me dice que me he convertido en un abuelete, ¿donde quedó mi infancia cuando coleccionaba mis adoradas estampillas? Parece como si hubiese sido ayer mismo, pero la verdad es que ya han pasado muchos años.

 

Hace unos ochos años intenté volver a coleccionar un álbum del mundial de fútbol con la ayuda de unos amigos, pero ya no teníamos la paciencia suficiente como para llegar a la mitad de la colección, las estampillas ya no eran la prioridad, preferíamos gastarnos el dinero en otras muchas cosas que en comprar estampillas y me parece completamente normal ya que ya no eran mi principal prioridad. Ya no es que los tiempos hayan cambiado sino que el que he  cambiado he sido yo. Ojalá alguno de los hijos de mis amigos tengan esa misma afición que tenía yo para ayudarle a pegar las estampillas en el álbum y recordar tiempos mejores y más sencillos. ¿Quién no querría volver a sentirse joven otra vez con tan poco?


Clubes de compradores, una técnica de marketing que funciona

Los clubes de compradores son organizados por diferentes marcas para incentivar las ventas de sus productos. Se pueden realizar de muchas maneras. Un ejemplo que vemos a diario es el de las tarjetas de puntos de los supermercados en los que realizamos las compras y que proporcionan descuentos extras en ciertos productos o generan cheques de regalo.

Los consumidores aprecian este tipo de tarjetas porque les hacen ahorrar dinero y, además, tienen la sensación de que se llevan algo más barato que otros, lo que siempre produce una satisfacción interior por la sensación de estar realizando una compra inteligente.

Pero las marcas también pueden organizar sus propios clubes de compradores y para eso Internet es de una gran ayuda. El club capsa es un gran ejemplo de esto que estamos hablando, ya que permite que se premie al consumidor por las compras de productos de Central Lechera Asturiana.

La forma de premiar este tipo de compras es muy variada. En algunos casos, se trata de regalar descuentos para las próximas compras solo por pertenecer al club. En otros, se dan puntos por cada compra que se realice y estos puntos pueden canjearse por regalos de todo tipo.

El consumidor necesitará un número determinado de puntos para conseguir el premio que más le gusta y podrá alcanzar estos puntos comprando los productos de la marca. Evidentemente, si está en el club es porque la marca le gusta pero este incentivo extra hará que no deje de comprar un artículo por otro que pueda estar de promoción ese día, ya que la pequeña diferencia de precio le quedará compensada por el hecho de poder conseguir más puntos para alcanzar su objetivo.

En estos clubes lo habitual es poder hablar con otros consumidores y participar en foros o compartir todo tipo de cosas. Esto crea una sensación de pertenencia. La marca ya no se ve como algo ajeno, sino más bien como algo propio y los propios consumidores la defienden, la promocionan y se convierten en su mejor publicidad.

Esta sensación de que más gente piensa igual y también disfruta con los productos de esa marca hace que se refuerce el sentimiento de hacer lo correcto cuando se compra, lo que fideliza mucho al cliente, tanto o más que el regalo que se da con los puntos y hace que este hable del producto a la gente que tiene cerca y lo recomiende.