Un buen reloj continúa siendo la mejor inversión

Las mejores marcas de Relojería saben muy bien que un reloj de calidad es la mejor inversión. Un buen reloj no pasa de moda y si nos cansamos de él podemos venderlo y en muchos casos no solo recuperar la inversión, sino incluso ganar dinero en el caso de clásicos que se han vuelto coleccionables.

Pero incluso si no pensamos en ganar dinero, un buen reloj es una inversión de cara a nuestra imagen. Cuando trabajamos con clientes que saben muy bien el valor de las cosas y diferencian lo que es real de lo que es pura apariencia, lo mejor es llevar un reloj de calidad, aunque no sea el más caro ni el más lujoso y no un modelo de imitación que será identificado al momento.

Con el primero, quedaremos como una persona práctica, que le gusta la calidad y la clase y que sabe elegir aquello que tiene un valor. Con el segundo, la imagen que proyectamos es la de alguien pretencioso que quiere aparentar lo que no es y que además toma por tontos a los demás al creer que puede engañarlos tan burdamente.

Los relojes clásicos son la mejor inversión porque no habrá que cambiarlos cada poco tiempo, cuando pasen de moda, sino que siempre podrán formar parte de nuestros looks más cuidados combinando con la ropa más actual y con los modelos atemporales.

Los que aprecian mucho los relojes, en ocasiones disfrutan buscando en mercadillos y tiendas de segunda mano ya que hay personas que no sienten ese amor por los relojes y que venden modelos de sus padres o abuelos a precios que no tienen que ver con los que circulan en páginas de coleccionistas. Frecuentemente, es necesario hacer una puesta a punto de estos modelos, pero se convierten en una pieza especial de la colección personal que se puede llevar en ocasiones muy especiales.

Para el día a día, lo mejor es recurrir a las marcas más conocidas, famosas por su calidad y comprar un reloj elegante, no demasiado recargado y con las funciones esenciales, que aporten una apariencia profesional y demuestren buen gusto. A mayores, se puede tener un reloj más moderno, de tendencia, para usar en el tiempo libre con la ropa más informal o cuando se sale con los amigos, siendo muestra de esa otra personalidad que todos tenemos cuando estamos en nuestro ambiente.