Como solucionar tus problemas de piel

«No puedo soportarlo más», murmuró Juan, mirándose en el espejo del baño por lo que le pareció la enésima vez ese día. Llevaba años luchando contra el trastorno dismórfico corporal y parecía que cada mañana encontraba algo más mal en su cara. Sus ojos estaban demasiado juntos; sus mejillas, demasiado hundidas; y lo peor de todo era el lunar de la barbilla: una pequeña mancha negra que parecía saltar del reflejo como si le estuviera llamando por su nombre.

Juan sabía que en realidad ese lunar apenas era visible, pero a él le parecía que le consumía toda la cara. Por mucho que lo intentara, no podía apartar la mirada de él. Se burlaba de él cada mañana cuando se miraba al espejo, recordándole todas las formas en las que no era perfecto.

Como ya no soportaba seguir mirándose, Juan decidió intentar buscar ayuda en otra parte; quizá hubiera algún tipo de procedimiento o tratamiento médico disponible que pudiera deshacerse de la llamada «gota negra». Tras hablar con varios especialistas, Juan encontró finalmente un Dermatólogo especialista en cara que accedió a realizarle una pequeña cirugía estética para eliminar la mancha de una vez por todas.

Las semanas siguientes supusieron una nueva sensación de libertad para Juan, que le permitió 

por fin podía mirarse en los espejos sin sentirse avergonzado o apenado por lo que le devolvía la mirada desde el interior de su superficie reflectante. Puede que el punto negro siguiera rondando su mente ocasionalmente a lo largo de esos meses posteriores a la operación, pero ahora, en lugar de llenarse de una vergüenza abrumadora cada vez que se veía reflejado a sí mismo a través del cristal, sólo le invadía una inmensa sensación de alivio al saber que, pasara lo que pasara, nada volvería a ser tan intenso como «la gota negra en medio de la pared blanca».